La tortilla como indicador de la inflación.

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Uno de los placeres que nos ofrece nuestra gastronomía es una buena tortilla de patatas o tortilla española. Ya sea en su versión cohesionada de huevo cuajado o en la variante de patata flotante, no cabe duda de se trata de un exuberante bocado.

También nos sirve como elemento para evaluar índices económicos como, por ejemplo, la sacro-santa inflación de la que hablamos u oímos hablar a diario sin que no deje demasiada mella sobre su importancia. Aunque, claro, cómo van a decirnos explícitamente que nuestro dinero vale cada vez menos.

La economía de mercado o capitalismo que se rige por el intercambio de productos y servicios se sustenta en la volatilidad de los precios apoyada en dos derivadas: la escasez y el valor. La escasez fomenta que la necesidad ponga el precio. El valor, por su parte, no deja de ser el precio que cada cual es capaz de pagar por un producto o servicio. O sea, la inflación es la subida generalizada de precios en un periodo sostenido de tiempo.

¿Y qué tiene que ver la tortilla con la inflación? Pues para verificar que la inflación es un impuesto mayor del que aparece en los índices. Supuestamente, en España, la inflación está en el 2,4% lo que es una buenísima noticia si fuera cierta. Vamos a suponer que lo es. En ese caso los grandes beneficiarios son los consumidores que deben ver rebajado el precio de los productos y servicios que adquieren. Por otra parte, aquellos ciudadanos que conviven con una hipoteca verán rebajada su cuota. Por otro lado, aquellos productos financieros adquiridos en un banco darán menos beneficio porque el banco no te dará un interés a tu favor mayor que la inflación. 

Pero vamos a la tortilla. Una tortilla según datos de Eurostat (Oficina Europea de Estadística) con 6 huevos, unas 4 patatas, 2 vasos de aceite y 1 cebolla (eludo todo debate al respecto de la idoneidad de la cebolla en la tortilla) + un gasto de luz o gas, costaba en 2021 3,73€. En 2022 5,85€ y en 2024 9,76€.

Los datos son demoledores en tanto que reflejan que la inflación no solo no es transversal en todos los productos y/o sectores sino que es mucho mayor de la que nos venden.


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