Poner en la misma frase banco y amigo es como hacerlo con los términos rendimiento y corto plazo. Nada que se precie se consigue en la inmediatez. Pero, volviendo a los bancos, quiero matizar que el hecho de que no sean amigos no implica que sean enemigos. Pero lo que está claro es que no tienen porqué ser tu amigo.
Un banco es un negocio cuyo objetivo es obtener el máximo rendimiento con la mínima inversión. Exactamente igual que tú, ya sea en tus negocios en tu representación personal, ya que todos somos nuestra propia empresa. ¿Inviertes a largo plazo en un proyecto deficitario? Obviamente, no. Lo mismo los bancos.
Quería dejarlo claro, porque lo que pueda decir de los bancos no es con intención espúrea o peyorativa, todo lo contrario, admiro la banca como modelo de negocio. Es absolutamente ejemplar. Ojalá tuviésemos la capacidad de gestionar el dinero de los demás con márgenes de beneficio tan abrumadoras.
Ese modelo, se sostiene porque su cartera de clientes incluye un target donde encaja cualquier humano. Potencialmente, todo el planeta es susceptible de ser cliente de un banco. Y eso, no lo puede decir cualquier empresa o negocio. En realidad son muy pocas las personas que no utilizan el banco como mediador de su patrimonio. Eso sí, hablamos de un perfil con patrimonio ingente.
El resto de mortales necesitamos de los servicios de un banco. No obstante, el negocio no es parejo. Nuestro dinero no está disponible siempre y el rendimiento que obtienen de su compra-venta no equivale al que nos dan por depositarlo o entregárselo para que ganen dinero. Digamos que no es un trato win-win donde ambas partes ganan lo mismo.
Por eso, es esencial acceder y obtener una buena educación financiera para conocer todas las alternativas para nuestro dinero tenga un rendimiento mucho mayor, que supere la inflación y que tenga un verdadero crecimiento. Y eso es, efectivamente, más allá de los bancos.
